martes, 17 de abril de 2007

Power To The People

José Luis Rodríguez, el famoso Puma, dijo en un Festival de Viña del Mar una frase que siempre se recordará: “A veces hay que escuchar la voz del pueblo”, y es de esta emblemática oración, que le consiguió una preciada Gaviota de Plata, con la que empiezo a cranear que hacer con la cosa esta. Se supone que debo escribir algo sobre un tema en particular, que este espacio me deja hacerlo libremente, que si quiero puedo hacer una revista y nadie me puede decir nada, pues la censura en este mundo no existe.


Este es el milagro que nos entrega el periodismo 3.0 ¿Qué es esto? Se preguntaran algunos. El Periodismo 3.0 es algo que surge de la proliferación del mundo Blog. Es la posibilidad que te entrega esta máquina maravillosa (o asquerosa, dependiendo del usuario y del nivel que éste tenga) de poder exponerte tal cual eres al mundo entero o simplemente expresar tu opinión sobre diversos temas sociales que pueden trascender o quedarse en el olvido para siempre. Pero no es solo el Blog el que te entrega esto, algunos medios de comunicación se han sumado a esta fiebre de información y han habilitados sitios que fomentan la participación ciudadana para que estos manifiesten su visión de los más diversos temas, sean estos de acontecer nacional o internacional, de cultura o política, de farándula o cocina, etc.

Sin embargo, esto ha provocado cierta polémica dentro del mundo sacro del periodismo ortodoxo. Pues para ellos el periodismo ciudadano (término por el cual también se le conoce al 3.0) es algo inexistente, que no es periodismo como tal, porque no está dentro de la disciplina profesional que para ellos rige, pues la información no se puede manipular así como así, ya que manejar información, al fin y al cabo, significa manejar un poder. En todo caso, no todos piensan de esa forma tan macabra y catastrófica. Para otros esto es un síntoma real de lo fácil que se ha hecho acceder a la tecnología y como esta se puede aplicar para crear una red de información eficaz de “aficionados”. Pero aun existe el debate si esto se puede catalogar como algo real o algo ficticio. Sin embargo, este fenómeno es cada vez mayor y se suman día a día millones de seres a esta tendencia.

A pesar de esta constante contra de los profesionales de las comunicaciones, individuos llamados periodistas, este fenómeno se sigue incrementando. Pero existe una disyuntiva, porque el periodismo en sí nace como una necesidad de comunicar, informar, y en la antigüedad, lo ejercían seres comunes y corrientes que solo con las ganas y la vocación se movían de un ámbito a otro. Así que no me vengan con patrañas. Si el periodismo profesional al que tanto consagran y veneran partió de una raíz similar, en las calles, en reuniones sociales, en grupos políticos, etc.

En pos de esta nueva tendencia, es un elogio a la libertad de expresión, pues puedes expresarte sobre diferentes temas, sin parámetros ni ética que controlen tu plumatecladolápiz. Eres jefe de tu propio medio. Eres periodista subordinado de ti mismo. Eres, como decía Vicente Huidobro, un pequeño Dios que tiene el poder de hacer lo que quieras con este mundo ya no tan lejano, el mundo de las letras.


Ahí está. Úsalo.





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