martes, 10 de abril de 2007

¡¡ A Comala los pasajes !!


Un pueblo fantasma. Un personaje rodeado de misterio, odio y mitología. Un viaje, una búsqueda, un temor. Estos son los tópicos que Juan Rulfo (1917-1986) nos da en su obra emblemática "Pedro Páramo", publicada en 1955 y que ha servido de referencia para muchos escritores latinoamericanos. Es está obra la que el español Mateo Gil (Nadie conoce a Nadie, 1999) pretende llevar al celuloide a finales de este año y nada más y nada menos con Gael García Bernal en el rol protagónico.

Pedro Páramo es una historia llena de misticismo. Es la historia de un hombre que busca a su padre que los dejó abandonados a su madre y a él sin hacerse cargo de nada familiar. Luego de la muerte de su progenitora, el protagonista decide cumplir la promesa de “cobrarle caro el olvido que tuvo con ellos”. Así comienza este relato que se desenvuelve en este pueblo, Comala, un lugar en medio de la estepa mexicana, copiado de muchos poblados pequeños, casi desiertos de los aztecas, pero sin embargo, creado por la mente de Rulfo. Este pueblo es similar al Macondo de García Márquez, medio surrealista, medio real, medio oculto, medio familiar. Es por eso que el equipo del español se encuentra en Jalisco buscando la locación perfecta para ambientar la película que se llevará a cabo como una coproducción entre España, México y Portugal.

Hay que recordar que este no es el primer trabajo cinematográfico basado en la obra de Rulfo. Fue llevada a las salas por Carlos Velo en 1967 y en 1978, José Bolaños se atrevió junto con el actor Manuel Ojeda. Esté sería el primer intento foráneo que se lanzaría con este proyecto que posee un presupuesto de 7,5 millones de euros y se iniciaría durante el último trimestre de este año. Además, junto a García Bernal se unirán un gran elenco de actores portugueses y españoles.

Un punto que tuvieron a favor los otros intentos de llevar esta novela a la pantalla grande es que contaban con el ojo aprobatorio de Juan Rulfo quien autorizó tales proyectos. En cambio, esta proyección seria toda una prueba para los fanáticos de la obra del autor mexicano y es por eso que Mateo Gil eligió el marco del XXII Festival Internacional de Cine en Guadalajara realizado durante el mes de marzo en la ciudad mexicana, para darse una especie de cama ante los mexicanos quienes con el ceño fruncido aplaudieron la propuesta. Sin embargo, temen que el reflejo de su idiosincrasia tan fielmente impregnado en la obra de Rulfo se vea desvirtuada, con una visión europea de lo que son sus mitos, sus penas, sus recuerdos y, por sobre todas las cosas, sus propios fantasmas.

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