martes, 8 de mayo de 2007

Como ser un Gran Escritor


Charles Bukowski fue un borracho toda su vida. Se tomó todo lo que pudo. Vomitó sangre, peleó con garzones, matones, mujeres y niños. Tuvo trabajos indignos, arrastrados, y cuando pudo tener un trabajo decente lo rechazó, pues odiaba estar rodeado de personas exitosas. La razón: aunque él lo negara, siempre amó estar entre perdedores, de personas sin un rumbo fijo, salvo el sexo y la botella llena de babas y de conchos. Boca de cigarrillo, ojo morado, resaca infernal.

A pesar de esta descripción, el tipejo fue capaz de escribir poemas que a uno le hielan la sangre. Este es parte de uno de ellos.



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